El mundo de antivirus

viernes, 17 de febrero de 2023

Seguramente muchos de nuestros lectores habrán notado que con el tiempo su equipo de hogar funciona cada vez más lentamente y al final tienen muchos problemas para trabajar con el mismo. A veces pasan otras cosas: ayer el equipo funcionaba bien, pero hoy ya no responde igual a los comandos. La pérdida de rendimiento general del sistema sin causas muy claras es un problema bastante común. En la edición de hoy de "El mundo de antivirus” vamos a hablar sobre un caso frecuente cuando el equipo de repente empieza a funcionar mucho más lentamente. La presencia de malware que ralentiza el sistema es una causa muy frecuente, pero no la única. En este artículo vamos a ver un caso de PC ordinario con sistema operativo de familia Windows. Windows 7 y 10 siguen siendo los SO más populares en los equipos de hogar.

Los que recuerdan las versiones Windows ya obsoletas, tales como Windows 98 y XP, seguramente recuerdan cómo había que volver a reinstalar el sistema. La causa de este procedimiento con mucha frecuencia eran problemas de rendimiento del PC, fáciles de resolver de este modo tan radical. ¿Por qué la velocidad de funcionamiento de PC con el tiempo bajaba? Lo que pasa es que en el proceso de trabajo con el equipo en el sistema operativo siempre se acumulada la “basura” digital, muchos archivos no eliminados junto con los programas, los datos de la caché, los catálogos ampliados etc. Por supuesto, cuantos más programas se instaban y se eliminaban, mayor fueron los problemas de rendimiento. Pero no podemos decir que solo los archivos no necesarios lo dificultaban todo. El software “olvidado”, pero instalado que funcionaba en la memoria del quipo provocaba más problemas. Además, con el tiempo en Windows podían surgir los errores de sistema, fáciles de corregir solo en caso de reinstalación completa del SO.

Las antiguas versiones de Windows no funcionaban tan bien como las de ahora. Si el usuario experimentaba activamente con varios tipos de software, esto provocaba una ralentización bastante notable del sistema muy rápido. Cabe destacar que las versiones modernas de Windows son mucho más estables. Pero con el tiempo también empiezan a ralentizarse a causa de los factores indicados más arriba. El autor de este texto tenía Windows 7 que funcionó 10 años sin reinstalaciones, pero al final igual la máquina virtual iniciado en el mismo con SO similar funcionaba más rápido. Al final de la “existencia” el sistema tenía unas 700 actualizaciones de Microsoft instaladas, y en la máquina virtual recientemente instalada solo había 150. También cabe destacar los datos de usuarios de programa ampliados ubicados en el catálogo oculto AppData. Por lo tanto, se puede decir que la ralentización del funcionamiento del sistema casi siempre es inevitable. Para dar un ejemplo ilustrativo, podemos imaginar la carpeta vacía de Descargas y su estado un año más tarde. Otro ejemplo interesante: la reinstalación del sistema que funciona lentamente guardando el perfil de usuario con la herramienta de transferencia de datos. El sistema “limpio” funcionaba de forma ideal, pero, una vez recuperado el perfil, empezó a funcionar bastante peor, aunque no tan mal como antes de la reinstalación. Una vez eliminado el perfil, el sistema volvió a funcionar correctamente.

Pero todo lo mencionado no es la única causa. La acumulación de la basura digital en el sistema influye primero en los equipos con bajo rendimiento desde el principio. Como hemos mencionado más arriba, la reducción del rendimiento en mayor grado se debe al software que está funcionando, del cual el usuario a lo mejor ni se entera. Por ejemplo, algunas aplicaciones inician varios procesos auxiliarse que siempre funcionan en la memoria. Frecuentemente estos procesos se inician junto con el SO, al ralentizar bastante el tiempo de inicio del sistema. Por lo tanto, para acelerar el funcionamiento del equipo a veces basta con analizar la lista de software instalado que funciona en segundo plano y eliminar el software que no se usa.

Otra posible causa de funcionamiento lento del sistema operativo es el daño de integridad de los archivos de sistema, el funcionamiento incorrecto de los controladores o del software instalado. Pero con mayor frecuencia estos problemas provocan una reducción de rendimiento repentina que el usuario nota enseguida. Por lo tanto, en este caso primero hay que analizar qué cambios se realizaron en el SO antes de surgir los problemas. En casos sencillos a veces un reinicio del equipo ordinario ayuda, pero frecuentemente uno debe iniciar el sistema en modo seguro y realizar un diagnóstico.

La infección por malware es otra causa frecuente de funcionamiento lento de dispositivos no protegidos. Hemos hablado mucho de miners, pero no solo ellos pueden ralentizar el sistema. Por ejemplo, un malware puede provocar problemas de red o de navegador y en realidad bloquear el acceso a Internet. El usuario puede vincularlo a la reducción del rendimiento del equipo en total. No debemos olvidar de muchos tipos de malware que sirve directamente para las acciones destructivas en el sistema operativo. Una ralentización repentina del equipo puede ser característica de un problema muy serio, el inicio de destrucción de archivos por un troyano cifrador. Por lo tanto, uno debe tomar en serio la protección antivirus sin prescindir de los mecanismos de la protección preventiva y la supervisión de archivos en tiempo real.

Además del software siempre malintencionado, existen varios tipos de adware y software no deseado que puede ralentizar el funcionamiento del equipo. Lo que pasa es que una parte de estos programas se presenta como aplicaciones útiles para optimizar y acelerar el funcionamiento del dispositivo. Pueden ser los “optimizadores”, del registro, varios configuradores, aceleradores, instaladores de controladores etc. Estos programas no son maliciosos, pero algunos en el peor caso pueden hacer daño al usuario sin mucha experiencia, en el mejor caso, simplemente resultar inútiles. Por ejemplo, la optimización del registro que radica en la eliminación de las ramas no requeridas, no puede acelerar el funcionamiento de Su equipo si hay otros posibles problemas. Y la búsqueda e instalación de controladores con los así llamados agregadores de software puede ser simplemente peligrosa, al igual que los cambios mal pensados en el sistema con varios programas configuradores. A veces pasa lo siguiente: algunos programas “encuentran” en el sistema algunos problemas no existentes, y luego proponen adquirir la versión completa para corregir los mismos. Ya hemos informado de las aplicaciones no deseadas en una edición de «El mundo de antivirus». Recordamos que el antivirus integral Dr.Web Security Space de forma predeterminada advierte al usuario sobre los programas que corresponden a los criterios de este software.

Hasta ahora hemos mencionado solo las causas de reducción del rendimiento del dispositivo vinculadas al software. Pero, en cuanto al rendimiento, siempre hay que tomara en cuenta la configuración hardware del equipo. Los PCs modernos hasta del segmento de precios inferiores son bastante potentes y en su mayoría no ralentizan el funcionamiento del SO Windows. Pero los equipos más antiguos o los portátiles modernos de nivel inicial con procesadores débiles y poca memoria operativa pueden someterse a complicaciones imprevistas. Un navegador con muchas pestañas, varios programas que se inician en segundo plano, un editor de textos, VPN que está funcionando— y un equipo débil puede empezar a funcionar bastante lentamente. En este caso uno debe comprender las posibilidades de su dispositivo y cargarlo de forma correspondiente o realizar un posible upgrade. Normalmente en caso de aumentar bastante la memoria operativa y cambiar el disco duro magnético por una unidad dura aceleran bastante el trabajo en Windows. La unidad dura no solamente tiene velocidad más alta de grabación y lectura de datos, sino tampoco puede ser fragmentado, por lo tanto, para evitar un impacto negativo en el periodo de respuesta del SO. A propósito, la falta de espacio libre en la unidad de sistema con frecuencia también ralentiza el funcionamiento de todo el sistema.

Por fin, uno tampoco debe olvidar de posibles problemas de hardware. En caso de calentamiento excesivo, daño de componentes electrónicos, daño de la fuente de alimentación todo esto también puede reducir el rendimiento, provocar reinicios repentinos y finalizar Windows de forma emergente.