El mundo de antivirus

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En la vida nada pasa al azar. Unos acontecimientos influyen en los otros — todo está vinculado. Pero no siempre podemos conocer los objetivos reales de un evento. Por eso surgen ilusiones o engaños.

Se crean ilusiones sobre los hackers porque eso trae beneficio:

• Permite ganar dinero;
• Se puede promoverlo;
• Se puede hasta crear héroes;
• Como resultado — se puede manipular la consciencia de la gente, es decir —gobernar el mundo.

Los hackers de películas normalmente actúan como si estuvieran luchando por la justicia o por algunos derechos y libertades establecidos por una sociedad (un juego clásico de indignación de los espectadores por la injusticia). De esta forma, la gente empieza a pensar que los hackers pueden ser buenos.

Al crear una imagen «noble» del hacker (un ladrón noble) se crea la razón para delincuencias. La paradoja es que los hackers actúan en realidad virtual, es decir, sus delincuencias parecen virtuales, no reales.

Así, como si fueran nobles, los delincuentes gozan de la aprobación de los que no desean pensar por qué hackean los mismos, cuáles son las consecuencias de sus delincuencias y quién se beneficia de sus acciones. Pero cada hackeo es:

• Una delincuencia que en la mayoría de los casos es un delito;
• Como mínimo – no se toman en cuenta los derechos de otras personas, las costumbres, las normas de la sociedad, y como máximo– es un delito más o menos grave;
• Abuso de lo indefensos que son los demás y no dispuestos a enfrentar una amenaza inesperada (en otras palabras, es un juego cruel con las personas que desconocen las reglas del mismo y ni siquiera se percatan de la existencia de estos juegos);
• sabotaje;
• provocación;
• abuso de sus posibilidades (conocimiento/acceso).

Y otra vez el público de la sala ve otra película percibiendo solo la parte emocional de la misma (le encantan y dan envidia las capacidades extremas del protagonista y su inteligencia ), y sin pensar en lo amorales que son las acciones de un hacker de la pantalla.

«Lo imposible es posible», — canta un cantante famoso, y nadie se da cuenta de que al final del video de la canción el protagonista le ROBA al viejo florista un ramo de flores para regalarlo a una chica rica... La imagen del protagonista es más importante que sus acciones «no muy nobles».