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Sobre los ataques dirigidos

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miércoles 12 de marzo de 2025

Una de las principales tendencias en el ámbito de la seguridad informática en los últimos años ha sido el aumento del número de ciberataques dirigidos al sector corporativo. Este fenómeno se debe a diversos factores, entre los cuales destacan el desarrollo del malware y sus modelos de difusión, así como el crecimiento general de la industria de las tecnologías de la información (TI), lo que implica un incremento en el número de objetivos, el valor de la información y la existencia de precedentes exitosos para los ciberdelincuentes. Por supuesto, esto no significa que los usuarios comunes hayan dejado de ser de interés para los atacantes. Los sistemas informáticos y las redes de información, ya sean ordenadores personales o servidores de una empresa, funcionan según los mismos principios y normativas. Por lo tanto, se puede afirmar que todos están expuestos de manera equitativa a la variedad de amenazas digitales y métodos de ataque actuales.

Si le interesa la seguridad informática, es probable que haya oído hablar de términos como ataque dirigido, ataque selectivo o APT (del inglés Advanced Persistent Threat, traducido como "amenaza avanzada persistente"). Estas expresiones aparecen con frecuencia en publicaciones de medios de comunicación y en informes de productores de software antivirus. A pesar de los casos documentados de este tipo de ataques, muchos detalles y la magnitud real de sus consecuencias rara vez se hacen públicos. En gran parte, esto explica la falta de consenso sobre los criterios exactos que permiten clasificar un incidente como un APT. Esta ambigüedad facilita que diversas partes interesadas exploten el concepto con fines especulativos, incluyendo estrategias de marketing.

Dedicaremos la edición de hoy de El Mundo de Antivirus a los ataques dirigidos y, en particular, a las APT, estableciendo un signo de igualdad convencional entre estos términos. Además, trataremos de comprender qué tipos de amenazas engloban.

Sin duda, un usuario común, mientras utiliza su ordenador en casa, es poco probable que se enfrente directamente a un ataque dirigido. No obstante, conocer este fenómeno resulta útil para ampliar el conocimiento sobre ciberseguridad y comprender el alcance de la ciberdelincuencia. Por otro lado, las consecuencias de los ataques dirigidos pueden afectar indirectamente a todos los usuarios, como explicaremos a continuación.

¿Qué es un ataque APT?

La sigla APT (Advanced Persistent Threat o "amenaza avanzada persistente") surgió como término para una categoría específica de amenazas a mediados de los años 2000. Se atribuye su origen al Departamento de Defensa de Estados Unidos, donde inicialmente se utilizó para referirse a incidentes informáticos "especiales" y casos de ciberespionaje que representaban un riesgo para la seguridad nacional. Con el tiempo, el concepto fue adoptado por los medios de comunicación para describir ataques informáticos de alto perfil contra grandes objetivos, como Google, y ahora se usa en la comunidad de especialistas en ciberseguridad.

Cabe señalar que el término apareció mucho después de que el fenómeno apareciera. Entonces, ¿qué se entiende por una amenaza de tipo APT? Una de las definiciones más generales describe estos ataques como acciones meticulosamente planificadas, altamente sofisticadas y dirigidas a un objetivo específico. Suelen caracterizarse por la presencia prolongada y oculta del atacante dentro del sistema informático comprometido.

Los objetivos principales de un ataque APT incluyen el robo de datos, el ciberespionaje y el sabotaje de la infraestructura informática de la víctima, con el fin de causar daños reputacionales o interferir en su actividad.

Los criterios esenciales de un ataque APT suelen incluir la existencia de objetivos a largo plazo por parte de los atacantes y el empleo de malware avanzado, a menudo desarrollado específicamente para cada ataque. Este software malicioso no solo facilita la intrusión en el sistema comprometido, sino que también permite mantener la persistencia dentro de él, ocultar la presencia del atacante y ejecutar acciones destructivas con precisión.

Además, un ataque APT implica una planificación meticulosa y la disponibilidad de recursos sustanciales. Estos no se limitan únicamente a financiación, sino que también incluyen un equipo altamente cualificado de ciberdelincuentes con conocimientos especializados en explotación de vulnerabilidades, ingeniería social y técnicas de evasión de detección.

Con el tiempo, el término APT ha adquirido una connotación de amenaza "colosal e incontrolable", envuelta en un halo de misterio y catástrofe, de la que prácticamente no hay defensa o para cuya protección se requiere un producto específico de determinada empresa. En otras palabras, el marketing ha jugado un papel importante en su popularización.

Es importante aclarar que las amenazas avanzadas y dirigidas existen realmente, pero también es fundamental recordar que la seguridad de un sistema de información no depende únicamente de la gravedad de la amenaza, sino, sobre todo, de la capacidad de la empresa y de sus empleados para adoptar medidas de protección preventivas.

En la red pueden encontrarse numerosos ejemplos de ataques dirigidos contra grandes empresas privadas e incluso contra organismos gubernamentales, muchos de los cuales cumplen los criterios de un APT. El laboratorio virus de Doctor Web también lleva a cabo investigaciones sobre incidentes informáticos, y algunos de ellos han sido catalogados como ataques dirigidos. En algunos casos, cuando se detecten detalles relevantes, se publican informes sobre estos ataques, siempre respetando la confidencialidad de la entidad afectada.

A continuación, presentamos un material de un ataque dirigido que, afortunadamente, no tuvo éxito desde la perspectiva de los atacantes. No obstante, en muchas ocasiones, las empresas solicitan ayuda cuando el daño ya se ha producido. Nuestros especialistas también han documentado casos en los que ciberdelincuentes han permanecido en redes corporativas durante varios años antes de ser detectados por primera vez.

Los ataques dirigidos se diferencian de otras amenazas informáticas que afectan al sector corporativo y gubernamental. Como mencionamos anteriormente, los ataques contra empresas se han convertido en una tendencia creciente en los últimos años. Sin embargo, los ataques convencionales pueden estar dirigidos contra cualquier organización que los ciberdelincuentes consideren vulnerable o potencialmente rentable. Suelen ser incidentes aislados, sin una fase de preparación prolongada ni el uso de técnicas demasiado avanzadas.

En estos casos, los atacantes emplean herramientas conocidas y accesibles en el mercado negro, operando en pequeños grupos o incluso de manera individual. El objetivo principal de este tipo de ataques es obtener beneficios económicos mediante el robo de credenciales, fraudes financieros o ransomware.

Por el contrario, un ataque dirigido (targeted attack) es un evento mucho más sofisticado y planificado. En la mayoría de los casos, su propósito no es meramente financiero, sino el espionaje industrial o incluso gubernamental. Las víctimas nunca son elegidas al azar, sino que se seleccionan en función de su valor estratégico.

Actualmente, se han identificado varias decenas de grupos APT en todo el mundo, cada uno con su propio estilo, herramientas y objetivos. Sin embargo, la magnitud real de la amenaza sigue siendo desconocida. Por razones evidentes, los detalles de estos ataques y sus consecuencias rara vez salen a la luz.

A sí mismo, los investigadores en ciberseguridad y las empresas de antivirus que analizan estos incidentes suelen compartir información clave de forma recíproca para prevenir ataques similares y mejorar la protección de los usuarios. Como parte de estas investigaciones, los analistas publican los llamados Indicadores de Compromiso (Indicators of Compromise, IoC). Estos incluyen hashes de archivos maliciosos, direcciones IP y nombres de dominio de los servidores de comando y control utilizados por los atacantes. Gracias a estos indicadores, los especialistas en seguridad pueden analizar archivos sospechosos o actividades inusuales en la red corporativa y determinar si la infraestructura de la organización ha sido víctima de un ataque similar.

Escenarios de ataques dirigidos

Los ataques dirigidos pueden desarrollarse de varias formas, pero casi siempre siguen una estructura en múltiples etapas. En la fase inicial, los atacantes llevan a cabo una meticulosa preparación para atacar a un objetivo específico. Este proceso implica la recopilación de información sobre la infraestructura de la organización, sus empleados, el software utilizado e incluso sus normativas internas.

Es importante destacar que un ataque de este tipo no se limita únicamente al ámbito digital. Durante la fase de reconocimiento, los atacantes pueden emplear técnicas de ingeniería social o incluso utilizar infiltrados, como falsos candidatos a puestos de trabajo, empleados o proveedores, con el fin de obtener información clave. Esta etapa es crucial para determinar el método de ataque y el punto de acceso a la red corporativa.

Curiosamente, uno de los métodos más utilizados para comprometer el primer nodo de la red sigue siendo el phishing, aunque en este caso se trata de spear phishing o phishing dirigido. La información obtenida durante la fase de reconocimiento, junto con sofisticadas técnicas de ingeniería social, permite a los atacantes diseñar correos electrónicos extremadamente convincentes. En este sentido, una de las tácticas más comunes es el envío de correos electrónicos de phishing dirigidos a empleados específicos o grupos dentro de la organización.

Otra estrategia utilizada es la explotación de vulnerabilidades poco conocidas o incluso de vulnerabilidades de día cero en software, sistemas operativos o dispositivos de red. Esto también es posible gracias a la fase de reconocimiento, en la que los atacantes investigan detalladamente la infraestructura y el software empleado por la organización objetivo. La búsqueda y explotación de vulnerabilidades de día cero resulta costosa y técnicamente compleja, pero, como mencionamos anteriormente, las APT suelen disponer de los recursos necesarios para llevarla a cabo.

En algunos casos, los atacantes pueden emplear una táctica conocida como ataque a la cadena de suministro (en inglés, supply chain attack). Este método consiste en comprometer a socios, proveedores o contratistas de la organización objetivo con la intención de utilizarlos como puerta de entrada a su red.

Esta estrategia es especialmente eficaz porque muchas empresas dependen de servicios y productos de terceros para su operativa diaria. Los ciberdelincuentes pueden optar por este enfoque si consideran que la red de un proveedor es más vulnerable que la de la empresa objetivo, facilitando así el acceso indirecto a la infraestructura principal. Durante la fase de reconocimiento, los atacantes identifican posibles eslabones débiles en la cadena de suministro que puedan ser explotados.

Una vez identificado un objetivo adecuado, los atacantes pueden modificar productos o servicios legítimos, insertando, por ejemplo, un backdoor en una actualización de software.

Por supuesto, los cibercriminales suelen combinar y redundar en diferentes métodos y técnicas para aumentar sus probabilidades de éxito. Su objetivo principal es introducir el primer módulo de software malicioso en la red corporativa y conseguir que un usuario lo ejecute. A partir de ahí, los atacantes se centran en ocultar su actividad, afianzar su acceso y avanzar de forma sistemática dentro de la red comprometida.

El software malicioso inicial en un ataque APT suele ser un troyano descargador (dropper) u otro tipo de programa diseñado para operar de forma camuflada y facilitar la entrada de módulos adicionales de malware en la red objetivo.

Una de las características distintivas de los ataques APT es el uso de software malicioso altamente sofisticado y, a menudo, desarrollado específicamente para la víctima. Esta personalización hace que las soluciones antivirus convencionales puedan resultar ineficaces, especialmente si dependen únicamente de la detección basada en firmas.

Por ejemplo, algunos troyanos APT conocidos emplean técnicas avanzadas de persistencia y camuflaje, como la carga de servicios del sistema con sustitución de bibliotecas DLL, ejecutándose exclusivamente en memoria RAM para evitar su detección en el disco. Además, existen variantes de troyanos y backdoors modulares, capaces de descargar y ejecutar complementos adicionales según los comandos recibidos desde el servidor de comando y control, lo cual les permite adaptarse dinámicamente a los objetivos del ataque.

El análisis y depuración de este tipo de malware es especialmente complejo, ya que los desarrolladores maliciosos emplean diversas técnicas de ofuscación para dificultar la ingeniería inversa. No obstante, una investigación forense exitosa permite determinar las funcionalidades del troyano y evaluar los daños potenciales que puede causar dentro de la red comprometida.

Después de la infección inicial, el siguiente paso en un ataque APT es la persistencia en el sistema, donde el troyano se asegura de permanecer activo en el dispositivo comprometido y facilita la expansión dentro de la red corporativa.

Como se mencionó anteriormente, en esta fase el malware puede recibir comandos desde el servidor de comando y control, permitiéndole descargar módulos adicionales, escanear la red en busca de otros objetivos, elevar privilegios y moverse lateralmente dentro de la infraestructura.

Uno de los aspectos más críticos de esta etapa es el sigilo. Los atacantes implementan diversas técnicas de evasión para evitar la detección, incluyendo mecanismos de autodestrucción, modos de inactividad y ejecución retardada. Estas estrategias permiten que el malware permanezca oculto durante largos períodos, esperando el momento adecuado para actuar sin provocar sospechas.

El objetivo final de los atacantes es comprometer dispositivos clave y acceder a datos críticos. Entre los escenarios más peligrosos está el compromiso del controlador de dominio (Domain Controller) de la organización. Si los atacantes consiguen acceder a este nodo, casi obtienen control total sobre la infraestructura de la empresa.

¿Cómo minimizar los riesgos?

La protección contra ataques dirigidos es un tema complejo que, en gran medida, va más allá del alcance de este artículo introductorio. Si bien es cierto que estos ataques no suelen representar una amenaza directa para los usuarios comunes, todo comienza con lo pequeño. Los empleados de las organizaciones objetivo no siempre son expertos en seguridad informática; a menudo, son personas que, al igual que los usuarios domésticos, pueden ser explotadas por los atacantes. Técnicas como el phishing dirigido (spear phishing) siguen siendo trampas relativamente simples, que cualquiera puede evitar con un mínimo de precaución.

Además, no siempre un ataque exitoso es el resultado de una habilidad técnica increíble de un grupo APT. A menudo, la razón detrás de la brecha de seguridad es mucho más simple: una protección insuficiente de la red corporativa.

En nuestros artículos, hemos enfatizado la importancia de un enfoque integral de la ciberseguridad, que abarca desde la protección de los datos personales en línea hasta la creación de copias de seguridad y la correcta configuración de los routers domésticos. La protección contra ataques dirigidos, aunque pueda sonar a una fórmula conocida, implica aplicar estos mismos principios, pero con muchos más aspectos a considerar.

El desafío radica precisamente en prever todas las medidas de protección necesarias, encontrar el equilibrio adecuado y evitar que las restricciones de seguridad paralicen el trabajo de la organización. Implementar un sistema de defensa robusto que no afecte el rendimiento ni la productividad es, sin duda, una tarea compleja pero esencial.

En conclusión, vamos a alejarnos un poco de los ataques dirigidos y recordar las amenazas digitales que afectan a cualquier organización. Es fundamental que las empresas cuenten con una estrategia de protección sólida para su infraestructura de red, que proporcionen formación a su personal y promuevan principios de trabajo seguro. Esto afecta a todos los que trabajan con ordenadores y tienen acceso a datos en la red, especialmente a los empleados con altos niveles de acceso.

El control de acceso basado en roles, la minimización de privilegios y la segmentación de redes internas son prácticas básicas pero esenciales, que, lamentablemente, no siempre se implementan. Además, es evidente la necesidad de utilizar software de protección, ya sea antivirus en todos los nodos o programas para monitorear y responder de manera rápida a incidentes.

El mundo de antivirus recomienda

Recuerde que en el ámbito de la ciberseguridad, cada uno de nosotros tiene un papel importante. Los ataques dirigidos no solo representan una amenaza para las empresas del sector corporativo y las instituciones gubernamentales. Las consecuencias de dichos ataques pueden afectar también a los usuarios comunes, y las razones son muchas: desde filtraciones de datos personales o información sensible hasta la paralización de infraestructuras sociales clave. La seguridad dentro de una organización comienza con la seguridad del empleado/usuario en su hogar.

  1. Como siempre, siga las reglas de higiene digital y utilice un software antivirus seguro.
  2. Proteja sus datos y cuentas en línea con contraseñas seguras y autenticación de dos factores.
  3. No olvide actualizar sus programas y sistemas operativos para eliminar vulnerabilidades conocidas.
  4. Manténgase al tanto de los eventos y noticias sobre ciberataques y campañas maliciosas. Esto le ayudará a reaccionar a tiempo y evaluar posibles riesgos.
  5. La empresa Doctor Web ha desarrollado la herramienta Dr.Web FixIt!, un servicio en la nube para diagnóstico remoto de dispositivos e investigación de incidentes. Se utiliza en organizaciones para analizar en detalle la seguridad de dispositivos con sistemas operativos Windows y eliminar amenazas y vulnerabilidades detectadas. Consulte esta página para obtener más información.
  6. A los usuarios del conjunto de productos de software para la protección de redes corporativas Dr.Web Enterprise Security Suite, les recomendamos que presten atención a un módulo extra muy útil: Control de aplicaciones Dr.Web. Este módulo permite controlar el inicio de aplicaciones en estaciones de trabajo protegidas según varios criterios. Puede encontrar más detalles sobre este módulo en esta página.

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