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«Anticípate a los problemas antes de que aparezcan», o Cómo usar Wi-Fi de forma segura

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lunes 28 de octubre de 2024

Nuestra casa está llena de dispositivos modernos útiles: robots aspiradores, altavoces musical, sistemas de «hogar inteligente», robots para niños… Por eso, tener Wi-Fi en casa no es un lujo, sino una necesidad. Fuera de casa, en cafeterías, aeropuertos, museos, o incluso en las calles urbanas, también es posible conectarse a redes Wi-Fi públicas. Sin embargo, aunque es cómodo usarlas, no debemos olvidar algunas normas básicas de seguridad.

Seguridad del Wi-Fi en casa

Por fin ha llegado el día tan esperado: el proveedor ha instalado y configurado el router en tu hogar. Ahora que Internet va a toda velocidad con Wi-Fi, deberías revisar todas las posibles vulnerabilidades de tu red inalámbrica. Y a veces, toca configurar el router por tu cuenta.

La mayoría simplemente usa la conexión a Internet por Wi-Fi, pero si lo deseas, puedes conectar varios ordenadores y dispositivos en una red local. Esto permitirá a los miembros del hogar compartir información, jugar y acceder a Internet desde todos los dispositivos conectados a esa red. El router es el eje central de tu red doméstica, y debe estar protegido al máximo.

Lo primero que debes hacer al instalar y configurar tu red en casa es elegir bien el protocolo de seguridad.

Existen varios protocolos de seguridad. El WEP es el más antiguo y, al mismo tiempo, el más vulnerable. El protocolo WPA ofrece un nivel de seguridad más alto que el WEP, pero los estándares para una red Wi-Fi segura y cifrada son WPA2 y WPA3. Si tu red doméstica no está protegida con WPA2 o WPA3, necesitas acceder al menú de configuración del router y hacer los cambios necesarios.

Uno de los errores más comunes en la administración de redes es usar la contraseña predeterminada o alguna favorita de los hackers, como 1234567 o 1111111. Cambia la contraseña: debe ser lo suficientemente compleja, incluyendo letras minúsculas y mayúsculas, números y caracteres especiales.

Además, los ajustes del router vienen con una contraseña estándar del fabricante, que tampoco suele ser muy original (por ejemplo, admin), y en algunos modelos ni siquiera hay una. Te recomendamos cambiar esta contraseña por una más compleja, de lo contrario, cualquiera podría acceder a tu router. Y las intenciones pueden ser diversas: desde hackear tu red para usar Internet gratis hasta bloquear tu acceso a los ajustes, lo que puede derivar en muchos problemas.

En muchos modelos de routers hay botones para conectar dispositivos a la red Wi-Fi. El estándar WPS (Wi-Fi Protected Setup) facilita la conexión, permitiendo que un dispositivo se conecte a la red Wi-Fi sin necesidad de introducir una contraseña.

Una pequeña precaución que no está de más: desactiva la administración remota del router. Normalmente viene desactivada por defecto, pero asegúrate de que esto es así y, en caso contrario, desactiva esta función, ya que puede hacer que tu red Wi-Fi sea accesible para terceros.

Tu router inalámbrico transmite constantemente el nombre de la red Wi-Fi (Service Set Identifier — SSID o identificador de red), lo que permite detectarlo mediante una búsqueda habitual de conexiones Wi-Fi. Sin embargo, el sistema funcionará sin esta notificación, y solo podrán conectarse aquellos que conozcan el identificador. Protege tu identificador: desactiva esta opción al desmarcar la casilla correspondiente en la configuración. Esto dificultará bastante la tarea de identificar tu red. Eso sí, en este caso, tendrás que introducir la contraseña cada vez que conectes un dispositivo a la red.

La mayoría de los routers inalámbricos modernos admiten varios protocolos para la conexión automática de dispositivos entre sí. Desactivar los protocolos que no se utilizan puede ayudar a reducir el riesgo de intrusiones malintencionadas.

Actualiza periódicamente el antivirus y el firmware del router. Descarga la última versión del firmware desde el sitio web oficial del proveedor para reducir la vulnerabilidad de tu red. Otra opción es usar software con una base de datos actualizada de programas maliciosos. Cuanto más retrases las actualizaciones, mayor será el riesgo de infección.

Un consejo simple: desactiva la señal Wi-Fi si no la necesitas. Si los dispositivos de hogar están conectados a Internet mediante cable, apaga el Wi-Fi en el router, ya que la red cableada es mucho más segura. Además, apaga el router si tienes previsto estar fuera de casa durante mucho tiempo.

Desactiva la red «para invitados» si no necesitas proporcionar acceso a tu conexión inalámbrica a posibles “visitantes”.

Consecuencias de compartir Wi-Fi

Es importante elegir el lugar adecuado para colocar tu router. Coloca el router en un punto estratégicamente conveniente para ti. Recuerda que la señal de la red inalámbrica se propaga en todas las direcciones, y si el router está cerca de la pared que separa tu casa de la de tu vecino, la señal también llegará a su vivienda.

También mantén el router alejado de carreteras, huecos de escaleras y zonas comunes.

Si permites a otro usuario acceder a tu red Wi-Fi, no olvides que todo esto puede tener consecuencias legales, ya que tú eres considerado como el proveedor de acceso. Si el usuario accede a sitios ilegales o comparte archivos sospechosos a través de tu red, la responsabilidad será tuya.

Las consecuencias de compartir tu red Wi-Fi no se limitan a los aspectos legales y contractuales. También hay otro factor importante: afecta la velocidad de tu conexión. Si solo navegas por Internet o revisas el correo electrónico, la reducción de velocidad puede no ser un problema. Sin embargo, se volverá más evidente cuando, por ejemplo, veas una película en streaming. El rendimiento de tu Wi-Fi también puede depender del número de dispositivos conectados: cuantas más conexiones hay, más se reduce la velocidad del Wi-Fi.

Por lo tanto, compartir una red Wi-Fi privada conlleva riesgos. Pero, ¿qué pasa con la seguridad de las redes públicas?

«La calle es de todos, todo el mundo tiene espacio»

Como su propio nombre indica, las redes públicas están abiertas a todos. Al funcionar sin un sistema de autenticación, son una verdadera oportunidad para los hackers, que pueden acceder a la información transmitida entre tu dispositivo y el punto de conexión a Internet. Los delincuentes pueden no solo recopilar datos, sino también aprovechar las vulnerabilidades de la red para propagar software malicioso.

¿Deberíamos evitar las redes públicas? Evidentemente no, pero su uso requiere ciertas medidas de precaución.

Cómo utilizar correctamente las redes Wi-Fi públicas

Podría parecer que, al conectarse a través de una red pública, la solución ideal es utilizar una red privada virtual (VPN). Sin embargo, usar una VPN puede generar una falsa sensación de anonimato y seguridad. Los operadores de VPN prometen total privacidad y recomiendan acceder a Internet a través de sus servidores. Pero, de este modo, toda tu privacidad queda en manos del operador de la VPN. El cifrado de los datos transmitidos a través de una VPN puede protegerte de ataques de hackers, pero siempre existe el riesgo de filtración y compromisos de seguridad.

Además, se recomienda utilizar conexiones seguras como SSL (Secure Sockets Layer) y TLS (Transport Layer Security, protocolo de seguridad de nivel de transporte), activando la opción «Usar siempre HTTPS» en tu navegador. El protocolo HTTPS cifra tus datos en muchos sitios web. En función de tu sistema operativo, puedes desactivar la opción de «Uso compartido» en los ajustes del sistema o en el panel de control de tu ordenador. Por ejemplo, Windows ofrece la opción de «Red pública», diseñada para que tu ordenador no sea visible para otros dispositivos cercanos.

En caso de usar una red pública, presta mucha atención a los sitios que visitas. No es recomendable iniciar sesión en redes sociales, abrir aplicaciones bancarias y mucho menos realizar compras. El Wi-Fi público funciona como cualquier otro lugar público, por lo que es importante no revelar datos personales.

Incluso si no estás utilizando Internet, tu sistema Wi-Fi sigue transmitiendo información sobre su entorno. Para mayor seguridad, desactiva el Wi-Fi, por ejemplo, si estás trabajando en un documento de Word. Además, esto ayudará a ahorrar batería.

Revisa si tienes desactivada la función de conexión automática a redes Wi-Fi conocidas. La mayoría de los smartphones guardan datos de las redes a las que se han conectado, por lo que debes estar atento al volver a lugares donde ya has usado Wi-Fi de forma local.

Si necesitas usar una red pública para autenticarte en algún servicio, te recomendamos instalar un antivirus. Este no solo te protegerá de programas maliciosos, sino también de acceder a sitios peligrosos. Por ejemplo, en Dr.Web Security Space para ordenadores existe el antivirus web SpIDer Gate, un monitor de Internet que escanea y filtra el tráfico web y bloquea objetos maliciosos si detecta una amenaza.

El mundo de antivirus recomienda

  1. Revisa la configuración de tu router de hogar para garantizar una conexión Wi-Fi segura.
  2. Usa Internet móvil o una conexión segura dentro de tu red de hogar.
  3. Evita usar redes públicas.
  4. No te conectes a redes Wi-Fi desconocidas, especialmente si no están protegidas por contraseña.
  5. Instala Dr.Web en todos los dispositivos que se conectarán a redes públicas.
  6. Al conectarte a una red pública, utiliza recursos que no requieran autenticación.

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