jueves, 22 de diciembre de 2016
Siempre decimos que el negocio de ciberdelincuencia hace mucho dejó de ser un oficio de particulares. Los grupos organizados se dedican al desarrollo de muestras del software nocivo «moderno» - las empresas informáticas donde cada uno tiene su tarea, existe la distribución del producto final, etc.
Pocas sentencias para los malintencionados vinculadas al negocio informático atraen a este mercado a un montón de aficionados al dinero fácil, seguros de que nadie les denuncia por causa de un mito muy común sobre la posibilidad del anonimato completo en la Red, sobre una supuesta hermandad informática de hackers de todo el mundo.
Pero el mercado negro es un territorio de delincuentes que desean ganar mucho. Y en este territorio también hay gente que desea beneficiarse de ellos. Los programas nocivos del mercado negro pueden funcionar un día sí y otro no, no iniciarse en algunas plataformas, sus compradores pueden ser detenidos…. Hay muchas más noticias sobre las detenciones de los inexpertos que sobre las de los grupos de hackers importantes.
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Sí, se puede beneficiarse de un software nocivo, pero:
- La posibilidad de ser detenido o simplemente perder el dinero en este caso es mayor que en caso de cumplir con las leyes;
- Hasta ahora no se conoce ningún caso de ningún hacker que haya robado millones, se haya comprado una finca en Bahamas para vivir sin problemas.
Albert González (nacido en 1981) — es un hacker informático y delincuente americano acusado del robo combinado de los datos de tarjetas de crédito y la reventa posterior de más de 170 millones de tarjetas y números bancarios del año 2005 al año 2007 — la estafa más importante de este tipo de toda la historia.
El 25 de marzo del año 2010 González fue condenado a 20 años de condena en una cárcel federal.
¿De verdad valía la pena?
Y es lo que pasó mientras preparamos esta edición:
Un grupo de ciberdelincuentes Avalanche que infectaba más de 500.000 de equipos a diario, fue destruida por la policía. El jefe del grupo fue detenido en Ucrania, pero logró escapar.
Durante la operación, Kapkanov (nota del editor – el supuesto jefe del grupo) tiroteó a los de los servicios de inteligencia con un fusil Kalashnikov. Una vez detenido, el delincuente otra vez logró escapar porque el juzgado comarcal le liberó a pesar de las protestas de la fiscalía.
www.cnews.ru/news/top/2016-12-05_unichtozhena_krupnejshaya_fishingovaya_gruppirovka
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