El mundo de antivirus

lunes 30 de noviembre de 2020

Las tecnologías modernas sirven para la comodidad y la seguridad de la vida de nuestra sociedad. Por ejemplo, las cámaras de vídeo pueden supervisar de forma eficaz lo que sucede en las calles, pisos, escaleras, oficinas. Pero ¿qué pasara si los malintencionados accederán a las mismas?

Así mismo, las tecnologías de reconocimiento facial ofrecen aún más posibilidades de acciones maliciosas: se puede organizar supervisión total de alguna persona. Crear una ruta de sus desplazamientos, saber qué sitios visitan a menudo, enterarse de su rutina diaria, sus costumbres, las contraseñas usadas. Como resultado, los malintencionados recibirán un “molde” de la vida de una persona y podrán acceder a los servicios usados por la misma. Al acceder a las cámaras que vigilan a los guardas de seguridad se puede averiguar el horario de sus turnos, las contraseñas, y sus costumbres, lo cual supone ya unas brechas de seguridad bastante importante.

Todo esto puede provocar chantaje (por la noche los empleados podrán no solo vigilar las pantallas) o una penetración directa.

Hay ejemplos bastante ilustrativos. Un caso reciente en Moscú. Se informa que а los hackers hackearon 15 000 cámaras de videovigilancia, lo cual puede provocar consecuencias muy serias. Otro caso. Los ciberdelincuentes accedieron a más de 50 000 cámaras de hogar de la gente ordinaria de Tailandia, Corea del Sur, Singapur y Canadá. Publicaron en la red los videos recibidos. Cualquiera puede ser víctima de un caso similar, así mismo, los menores de edad: la vida privada de uno puede ser destruida en un instante y las consecuencias psicológicas de un eventos de este tipo son difíciles de imaginar.

Pero ¿se trata de un hackeo de verdad? Las cámaras digitales modernas pueden conectarse a los servidores por Internet sin protección adecuada (por ejemplo, sin usar los canales protegidos) y así mismo disponer de la dirección IP visible por la red. Como resultado, estas cámaras aparecen hasta en los buscadores específicos, sin hablar de la posibilidad de su detección por las utilidades para escanear la red. En los buscadores mencionados hay decenas, centenares y hasta miles de cámaras, así mismo, a veces se puede conectarse a las mismas sin ninguna autorización. Y si hay una contraseña de acceso establecida, es posible que no haya actualizaciones de seguridad. ¿Será posible llamar “hackeo” una situación cuando el piso se ve desde la calle a través de la puerta abierta?

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