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¿El mal de la razón o un pozo de la ciencia?

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martes, 8 de octubre de 2019

«Internet de las cosas» (IoT) forma parte de nuestra realidad desde hace poco, pero ya muchos usuarios se enteran de sus posibilidades de administración a distancia tanto de una cafetera, como de conexión a procesos sofisticados industriales o de medicina.

#drweb

«La red de las redes», como la llaman, ya penetra cada vez más en todos los ámbitos de nuestra vida, los ayudantes virtuales se hacen más inteligentes, aconsejan cosas, y a veces sustituyen a la gente real… al educar a los niños, por ejemplo.

Una investigación realizada en verano de este año por la empresa de consultoría IDC, supone que el mercado mundial de Internet de las cosas el año que viene alcanzará 1,3 trillones USD. Es mucho dinero, y tanto el negocio como los usuarios ordinarios se interesan mucho por este segmento.

IoT permite reducir los costos de producción al reducir el tiempo improductivo, calcular un plan óptimo de movimiento y transportación del producto, reducir el nivel de intervención humana en los procesos y, por lo tanto, nivelar el factor.

Pero ¿será todo tan positivo en realidad? ¿Llegará la libre voluntad tan esperada?

Ya hemos mencionado que el número de dispositivos IoT supera varios millares y sube cada año, pero así mismo muchos de ellos no están nada protegidos o no están bien protegidos contra los ataques. Sus titulares no piensan sobre el cambio de la configuración preestablecida en la fábrica o no pueden hacerlo por causa de restricciones de los productores mismos.

El mercado de estos dispositivos todavía se está adaptando a la nueva realidad, pero los malintencionados ya tienen muchas posibilidades para realizar sus ataques. En el futuro próximo se espera la aparición de los nuevos programas nocivos para Internet de las cosas.

Pero hay también otros problemas que frenan el desarrollo de Internet de las cosas o cuyo efecto de percepción de estas tecnologías es inverso.

El primer problema es que en Rusia no hay muchos expertos en comunicación inalámbrica, desarrollo de sensores y sus fuentes de alimentación, arquitectos y administradores de redes IoT. No hay expertos en seguridad, ingenieros para instalar sensores en el equipamiento. No hay suficientes analistas y profesionales de aprendizaje automático capaces de extraer la información útil para la empresa de los grandes volúmenes de datos primarios. El déficit de personal es enorme y la tendencia seguirá con mínimo 10—15 años más.

En nuestro país actualmente solo hay un Máster en IoT. Las empresas más importantes contratan a sus egresados. El negocio global se da cuenta de la necesidad de transformación digital de la industria, pero, cuando llegamos a las universidades para buscar al personal, no pueden ofrecernos nada. Los jóvenes no se interesan por la matemática, física e ingeniería. Es un problema mundial.

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Otro factor que aún funciona contra el desarrollo de este sector, es la posibilidad de penetración directa en la vida privada. Así, por ejemplo, en primavera de este año hubo un escándalo con un proveedor mundial importante de soluciones IT – la empresa Amazon, cuyo “altavoz inteligente” fue criticado por los medios de comunicación importantes y usuarios en sus blogs.

Amazon contrató a miles de empleados en todo el mundo para mejorar su asistente de voz Alexa. Los empleados escuchan las grabaciones de altavoces “inteligentes” Echo instalados en oficinas y apartamentos. «…las grabaciones pueden ser distintas: puede ser un canto de la mujer que se está duchando, o los gritos de un niño maltratado por sus padres. En los chats internos los empleados a veces intercambian las grabaciones que asustan o, al contrario, son divertidas».

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¿Es desagradable? Sí. Y cabe entender que cada objeto conectado a Internet es otro punto de entrada a través del cual los ciberdelincuentes pueden penetrar en su casa, en su álbum de boda, molestar a sus hijos, penetrar en su bolsillo o un proceso automatizado de producción de vacunas etc. En el mundo donde las máquinas sustituyen a personas y toman decisiones o recaba los datos, surgen problemas importantes de responsabilidad, incidentes y confidencialidad.

Otro factor que todos deben tomar en cuenta al desarrollar e implementar IoT es la responsabilidad. Según el informe de la Comisión Europea de dilemas éticos de las tecnologías de Internet de las cosas: «La gente no está acostumbrada a objetos que actúan por su cuenta, sobre todo, si los mismos actúan de forma más inesperada».

Imagine un coche autónomo que tendrá que tomar la decisión de salvar la vida del dueño del coche o del niño que de repente cruza la carretera.

No cabe duda que IoT seguirá desarrollándose, tomando en cuenta la atención a los factores mencionados más arriba. Y ahora el carácter de estos procesos todavía es más de transformación que de revolución.

#seguridad #hackeo #niños #Internet_de_las_cosas

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Y mientras algunas empresas están seguras de su ciberdefensa bien hecha y segura, nos gustaría recordar que cualquier cosa puede suceder por primera vez.

La base de perfiles de clientes detallados con todos sus archivos de audio, foto y vídeo, además, con los datos biométricos, es una cosa que llama mucho la atención. Mientras se desarrollen los servicios que no requieren presencia personal y están disponibles en Internet, su valor solo crecerá.

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