El mundo de antivirus

miércoles 24 de octubre de 2018

En los EE.UU. se produjo un escándalo: los medios de comunicación notaron que uno de los “streams” en el sitio web twitch.tv lo realizaba un conductor de Uber y Lyft para transmitir lo que estaba dentro del coche.

Por supuesto, ningún pasajero lo sabía. Una pegatina en la puerta de atrás informaba sobre la grabación audio y video, pero no se mencionaba lo de la transmisión por Internet. Algunos pasajeros preguntaban sobre las cámaras, pero el conductor siempre decía que todo se hace solo por seguridad. A propósito, a los periodistas también intentaba contarles que su transmisión sirve sobre todo para la protección en caso de emergencia, para estar seguro que si pasa algo, los espectadores pedirán ayuda. Y si no hay transmisión, puede morir en su coche y solo le encuentran una semana más tarde. Pero, en otros casos, al contrario, contaba que trabajaba de taxista para esta transmisión...

Por supuesto, los pasajeros se quedaron muy impresionados al enterarse de las grabaciones con cámara oculta. Vergüenza, perplejidad, etc. - lo informaron todo a los periodistas. Decían que viajaban en Uber durante dos horas porque se preocupaban de su seguridad y no esperaban estos trucos.

Por supuesto, esta reacción se entiende. Uber y Lyft ya desconectaron al conductor de su red, todos están indignados y cuentan sobre sus penas insoportables al enterarse de que otras personas vieron y escucharon sus conversaciones con el conductor. Pero surge una pequeña pregunta: ¿de qué privacidad se puede hablar en caso de una persona desconocida, hasta no un taxista ordinario, sino de la red de una aplicación como Uber?